Nuevo en ciudad academica

Estaba caminando en la calle, veía a muchas personas pasar, no sabia quienes eran;además tenia mucha sed, pensé que me caería bien un jugo de naranja. Parado en una esquina, examiné los alrededores para comprobar si había un sitio de mi agrado o alguna librería para leer libros, aún no encontraba nada, cansado de caminar encontré un banco, este casualmente se encontraba al costado de un poste, que como a esta hora: las 3 de la tarde, tapaba la luz a todo aquel que se sentase allí. -en fin- pensé
Estaba a punto de sentarme, cuando de pronto vi a una chica joven que se quedo parada al costado del banco. -¿desea sentarse?- le pregunté.
Se quedó callada, le pregunté nuevamente: -¿desea sentarse?-. Me respondió: -la verdad no, ahora me tengo que ir-
Me senté, y mirando al cielo dije: -donde habrá una maldita librería o algo de beber, mejor si es un jugo de naranja-

La calma había vuelto prácticamente a su totalidad en la ciudad.
El tránsito volvía a fluir con cierta facilidad, aunque las obras de reconstrucción seguían más allá de las calles aledañas, sin mencionar que las medidas de seguridad en el metro se intensificaron.

Ahora no tenía nada que hacer.
Bossun llevaba sobre el regazo un librillo sucio que su madre le obsequió en su última visita.
Después de librarse de ella en el hospital, ella volvió a Osaka.
Ahora el chico suspiraba como acostumbraba cuando sentía que se había librado de una gran carga.

Bajó.
Y se sentó en una banca de la que no advirtió que ya estaba ocupada por un chico de cabello azul... vaya...
Sumió la vista en el libro. Tendría más de 20 años. Era una vieja novela de un autor que usaba pseudónimos al por mayor y no repetía ninguno más de 2 veces, las páginas amarillentas se deslizaban en sus dedos y al parecer pedían a gritos ser arrancadas.

Alzó la vista de nuevo a aquel chico. Pensó que buscaba algo... bueno, la verdad no, miraba para todos lados.
Hiroki/Bossun preguntó por fin: — Ah... ¿buscas algo?

Caminando como eventualmente lo hacia, muro por muro como un alma libre, como un gato callejero, el joven ikuto pudo apreciar a un grupo de jovenes, bueno a un duo que estaba en la banca, le parecia o tenia la intuicion de que esos chicos serian de su clase, el joven ikuto aun con su violin en mano, se paro al lado de ellos en la banca, saco el violin y puso el estuche en el piso como signo de donacion...porque? tal vez seria una idea diferente para que la gente le notara, si no seria por el mismo seria por la musica que transmitia, de improvisto un grupo de gente comenzo a acercarse al joven a escuchar las melancolicas melodias, sonriendo espero que los de la banca tambien escucharan