En medio del campo de batalla [Privado]

Empezó a caminar dando fuertes zancadas.
Los tres parecían caminar en un mundo desolado, en uno que desconocían y en el que los peligros abundaban en cada esquina que viraran.

— Parece que estamos siendo asediados...

Que demonios? Un chico rubio, bien parecido habia caido de el techo... -Wow... lo qe me faltaba de ver- Pense.
Sin bajar la guardia, quitando esa cara de confusion. Pregunte:
-Quien demonios eres tu?!-

Bossun no pareció sorprendido por la llegada de aquel cuarto sujeto.
Quizás pensó que se trataba de algún alumno que no había evacuado...
Después de todo, él y Kintoki sabían la identidad de todos los Despertares, y en efecto, nadie con la apariencia con ese chaval se encontraba en los datos recopilados.
En vista de que Megamii se le adelantó, se quedó parado sin decir nada, aunque no advirtió de dónde había salido...

— Mis disculpas. Soy Syaoran. — al parecer el chico no diría nada más. Con esa vaga introducción de su persona continuó —: Y ustedes, son nuestros hermanos caídos... los espers... — suelta un suspiro, como tratando de denotar lástima por ellos.

Pronto levantaría uno de sus brazos.
Alzando a Kintoki sobre 20 metros.
Lo mantuvo suspendido ahí mientras continuaba...

— Esto no incumbe al resto de los humanos... pensé que a ustedes les concerniría, puesto que este parece ser parte del fin de los tiempos, quiero decir, para Ciudad Academia... — empieza a caminar dando círculos alrededor de Megamii y Bossun. — ... claro qué, no esperaba más de Despertares... después de todo, ellos también son espers, usuarios de poderes obtenidos de las manos de Belcebú. Algo como una guerra en la que ambos bandos acabaran destruyéndose entre ellos, era una idea que realmente me convencía... pero... las cosas no siempre salen como lo planeado... si quieres que algo salga bien, hay que hacerlo por ti mismo... — se detiene en seco. — ... es por ello que he de suponer que nos veremos en un futuro próximo... les digo ésto a ustedes, puesto que parece que sobrevivirán, hay una horrible masacre por todos lados, aunque Despertares también ha tenido grandes bajas... sólo me queda confiarle el alma de Nana a Nuestra Santísima Divinidad...

Era lo más excitante en vida.
Jamás llegaría a sentir la cúpula de aquello que cada uno de sus vellos nasales alcanzaban a aspirar, el bello y casi nulo esmog que pululaba sobre Ciudad Academia.
Se encontraba a unos cuantos metros sobre el asfalto, pendido sobre la nada.
Estaba levitando.

Aquello no parecía hacer querer que el profesor se palideciera.
Y mucho menos que mostrara alguna expresión en su rostro de terror o algo por el estilo.
Quizás estaba soñando, o algo más cercano a tener visiones baratas después de haber fumado un par de hongos michoacanos... pero ésto era demasiado real.

Ángeles.
Uno de ellos, pasó rozando a un costado suyo, puesto que Kintoki no podía moverse, intentó esquivarle en vano aún cuando al final el ángel no lo tocó.

-- Oh, tenemos un problema Houston. El elenco de Kid Icarus llegó antes de lo planeado. -- giro sobre si mismo, hacía el frente, y dio una patada de lleno en la nuca de un segundo ángel que parecía afilar sus garras de halcón -- Meidei, meidei. -- saca entonces un directorio telefónico y lo tira en la cabeza al primer ángel, él cual no tiene más remedio que dejarse caer en tierra. PAM.

Alzó un poco más la mirada.
Era un enjambre de ángeles, custodiados por otros presuntos guerreros que pelearían en las fuerzas especiales Gin-I-U, todos parecían ser unos macarras motorizados que despedían hilos de fuego por sus fosas nasales y tuvieran la dentadura llena de dientes de oro, o quizás esperaba que así fueran.

-- Bien, lacayos... creo que es hora de ponerle fin a sus tristes y míseras vidas. -- ¿Tenía algo en plan? ¿Algo piola bajo la manga...? La verdad es que hay otro pequeño detalle, George Stark tiene el más grande de todos los poderes, ¿qué sería de un manga gag si el héroe no pudiera comunicarse con su creador? Pero, esto era... ah, no, pensar en ello arruinaría todo lo que va hasta ahora de pseudo-trama, ¿no es verdad? ¿Se equivocaba? No, y lo sabían bien todos, pero eran demasiado educados como para quejarse de frente, y sólo cuchicheaban a sus espaldas. Alguien debía hacer algo, por el bien de la Ciudad, y más importante, por el bien de ... como te dije, eso es cosa de Stark, quién saldrá de su huevo muy pronto. Una malvada e irónica sonrisa se marcó en la cara del profesor.