Ficha de Hokada.

Nombre: Hokada Shotenzu. - Fausto Mosteur
Allias: Lobenzu.
Sexo: Hombre
Fecha de nacimiento: 6 de Noviembre. (No tengo exactamente el año, ya que no sé en que año se desarrolla el foro.)
Edad: 16



Historia:


Antes de llegar a la academia.


La vida de Hokada se desarrolla en una fría noche de luna llena, las ramas de los árboles se agitaban de un lado a otro sobre las ventanas del cuarto donde se encontraban sus familiares esperando su nacimiento.
-Ya puede entrar a ver a su hijo a la incubadora señor Shotenzu.- decía dicho el doctor mientras caminaba hacia donde el padre del joven se encontraba. Su rostro lleno de una sonrisa forzada le inquietó muy en sus adentros aunque no sabía la razón.
-Gracias doctor.- Le comunicó mientras caminaba hacia las incubadoras en donde estaría su hijo, aquel que era su primogénito varón. El padre del chico siguió caminando hasta llegar cerca de las incubadoras y se detuvo para preguntarle a una enfermera. -Disculpe enfermera.- Decía con nerviosisímo para continuar. -¿Dónde se encuentran las incubadoras de los bebés.?- Sus ropas arrugadas y la barba a medio crecer junto con la corbata desalineada y las ojeras le daban un aspecto un poco desagradable.
-Las incubadoras se encuentran al final del pasillo a la derecha.- Le contestó la enfermera con mucha amabilidad, por lo que el padre le agradeció y fue directamente a ver como se encontraba su hijo, aunque al llegar a las incubadoras, se encontró con algo un poco inusual. La incubadora en la cual se encontraba su hijo, tenía dentro de ella a un bebé un poco peludo, cosa que le había impactado a gran escala y no solo a él, sino también a muchos de los doctores presentes, por lo que decidieron hacerle estudios al pequeño infante.

A las pocas semanas de salir del hospital, en una tranquila mañana, el bebé amaneció como si fuera un pequeño muy normal. Los doctores no daban crédito a lo sucedido, por lo que solo una persona podía decirles encontraba que le había sucedido a aquel bebé.
El médico en jefe de las clínicas sobre spers, le hizo unos pocos estudios y a los pocos días, solo pudo decir que el chico había sufrido una mutación de alto nivel. Un detonante clave había sido la causa de su extraña mutación, la cual podría detonarse con una enorme cantidad de estrés en el futuro, por lo que les recomendaba a los padres que su hijo viviera lo mas pacífico posible de hoy en adelante.
A los pocos días de esto, la familia del pequeño Hokada se mudó a una pequeña villa de Francia, donde podría vivir tranquilamente su hijo en el campo.

Pasaron los años y el bebé ahora era un niño de 9 años. La vida que llevaba en Francia había sido muy tranquila hasta el punto en que su madre enfermó, causa que le incomodó mucho a Hokada.
Su madre, aquella persona que tanto admiraba por su fuerza, había caído enferma por lo que el pequeño chico parecía muy preocupado por la enfermedad de su madre. Esa misma noche, la luna brillaba intensamente y pequeños dolores de cabeza invadían a Hokada, el cual a media noche cuando la luna se encontraba mas que brillante, este tubo un sueño... uno en donde las cosas parecían ser muy reales.
El campo en el cual se encontraba era muy grande y podía ver como un pequeño rebaño de ovejas era atacado por una creatura, la cual parecía ser él. O al menos eso es lo que podía ver.
Al siguiente día, Hokada se levantó de su cama y vio como su cuarto estaba echo un desorden, las paredes con pequeños rasguños y sus ropas rasgadas aunque en lo mas mínimo, por lo que no se percató hasta que se levantó y bajó al cuarto de sus padres.
Al tocar a la puerta, su padre abrió con amabilidad y su madre se levantó. Al parecer la enfermedad ya había cesado y no le afectaría mas, aunque eso no sería igual para Hokada.
Pocas horas después. Uno de los aldeanos de la villa tocó a la puerta de la casa y notificó a la familia de una creatura que parecía ser un cachorro de oso, lo cual era un poco improbable, ya que en las localidades no había osos, pero lobos si.
Los padres de Hokada se quedaron pensando un momento y luego de que se fuera el vecino, le comentaron a Hokada si el sabía algo, ya que parecía un poco perturbado por la noticia. Hokada les dijo que había tenido un sueño muy realista y que su habitación estaba echa un desastre, por lo que sus padres intentaron explicarle las cosas al pequeño niño.

Pasaron 7 años y los dolores de cabeza de Hokada ahora eran mas frecuentes. Los ataques a los animales continuaban y hasta ahora no había heridos, tanto animales como humanos.. por lo que el cuarto de Hokada se había convertido ahora en una especie de celda, la cual ahora se sellaba de noche. Esto no funcionaba y Hokada cada noche se escapaba, por lo que en un fatídico día le encontraron alimentándose de una pequeña oveja.
Los aldeanos le persiguieron hasta el bosque en donde desapareció hasta la mañana siguiente. Sus padres le encontraron en su cuarto y lleno de sangre, o al menos en las ropas y un poco en las manos, por lo que sus padres habían pensado en regresar a Japón, axial que a pocas horas, ya estaban de regreso en un avión hacia su antiguo hogar, donde contactarían con el doctor que le había tratado con anterioridad.

Al llegar a Japón, un equipo de especialistas ya estaban esperando a Hokada y a sus padres. Les llevaron a unas instalaciones y llegaron a un acuerdo. Los padres de Hokada lo dejarían al cuidado de su doctor y este se encargaría de controlarle, por lo que lo instalaría en una academia donde podría aprender a usar aquellos poderes que le atormentaban.
Los padres al acceder a ello se mudaron lejos, aunque dijeron que siempre hablarían con Hokada una vez a la semana para ver como se encontraba. Así sus padres se fueron y Hokada se quedó con el científico, el cual encontró un trastorno de doble personalidad dentro del chico cuando se transformaba con demasiado estrés. Aunque al fin del día no pudo hacer mucho mas que decirle a Hokada que debía de aprender sobre como controlar sus poderes, por lo que le inscribió en una escuela especializada para poder aprender como no ser víctima de sus trastornos físicos y mentales.[/spoiler]


Año en la clínica.

El primer día había comenzado y Hokada había despertado en la habitación contigua a una sala de entrenamiento. Sus paredes estaban echas de un fuerte acero, mientras que del lado de la única ventana había unos barrotes que estorbaban su salida. -No intentes escapar chico, esta clínica está echa para poder contenerte a ti y unos cuantos mas.- Decía una persona de una altura impresionante mientras que salía de las sombras en donde este se encontraba. -Soy el padre Alexander Anderson y seré tu nuevo tutor hasta nuevo aviso.- Dijo con una enorme sonrisa mientras me extendía su mano para saludarme. -Soy Hokada, mucho gusto.- Le respondí mientras que le tomaba la mano. Sus fuertes músculos a la hora de tomar mi mano, me hicieron sentir devil, por lo que se sentó a mi lado y comenzó a platicar con migo. Plática con Alexander -Dime chico, sabes el ¿porqué de que estés aqui?- Dijo mientras tomaba una silla y la girava con sus manos enguantadas para luego verme con sus lentes mientras tomaba haciento. Sus largas túnicas y demás ropas me dejavan en claro que era un Padre de iglesia, pero no sabía exactamente porqué estava en la clínica, por lo que me limité a responderle. -Se que soy un peligro para mi familia y la gente que me rodea, por eso estoy aquí.- Al oir esto, el padre Alexander sipmplemente cambió su rostro a uno mucho mas serio. -Eso es una mentira que quieres creer. Dime tu verdadero objetivo, ya que si fueras realmente un peligro, estarías en una carcel o incluso muerto.- Dijo de manera muy sincera y se paró para verme mejor. -Ven conmigo un segundo].- Dijo cuando derrepente la enorme puerta de metal con barrotes y un sistema de seguridad avanzado se habrió para dar lugar a una sala de entrenamiento muy grande.

Físico:

Es un poco alto. De 1m con 70cm para ser exactos y tiene complección atlética,ojos color azul-celeste aunque más bien aveces parezcan grises y cabellos rojizos..